viernes, 22 de agosto de 2014

Zapam-Zucum

Zapam-Zucum es una suerte de divinidad de origen aymara cuyo nombre parece provenir del ruido que hacen sus enormes tetas al chocar entre sí. Diosa protectora del algarrobo, aparentemente surgida en tiempos en que la deforestación de las selvas del norte argentino eran ya un hecho, es considerada benigna o diabólica de acuerdo a la posición que ocupe el comentarista en la cadena de producción. Sus tetas le permiten amamantar a los niños abandonados por sus madres en tiempos de cosecha y se la considera, por lo tanto, protectora de los niños. Según especifica el Diccionario de Mitos y Leyendas Populares (www.cuco.com.ar):

Quienes la han visto, entre los antiguos, la pintan como una mujer joven aún, arrebolada por los colores de una vida en la plenitud de su vigor, tostado del sol su rostro, los ojos y los cabellos negros y como signo particular, un par de enormes senos morenos y rosados a la vez, tan voluminosos que se mueven al andar y son los que producen ese sonido: Zapám Zucúm. Es la madre y providencia de los niños y de los algarrobos. Cuida a estos y los defiende, para ofrecer sus frutos a las gentes pobres y se complace con las fiestas sencillas que se celebran bajo los árboles. Castiga a los que cortan algarroba verde y a los que hachan los algarrobos con espíritu de hacer mal, llevándoles un hijo para no devolvérselos jamás.

Es la gran amiga de los niños dejados por sus madres en los tiempos de las cosechas; cuando despiertan, ella los amamanta con sus pechos y vuelven a dormir sin distinguir entre la providencia materna y la que le otorgan los seres inmortales.

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